Tu cuerpo,
Ateamente devoto del mío,
Me dio la puñalada,
Pero me negó el cuchillo.
Tu cuerpo,
Secamente río,
Se hizo mirada
Aunque no tuvo ojos.
Tu cuerpo,
Altamente pequeño,
Me ofreció su tamaño
Y me negó la estatura.
Tu cuerpo,
Lluviamente nube,
Me dio el verano
Y le quitó el calor.
Tu cuerpo,
Ayermente futuro,
Me negó La Muerte
Para no darme
La Resurrección.
VICTOR DIAZ GORIS
miércoles, 14 de abril de 2010
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